Santoral agosto 3

FECHA: AGOSTO 3

El calendario romano antiguo llamaba a esta fecha Tertio Nonas augústi, lo cual quería decir que hay tres fechas para el día que ellos denominaban nonas de agosto.

La fuente oficial para nuestro santoral, el Martyrologium Romanun, pág. 409-410, tiene para este día ocho anotaciones y son las siguientes:

Nombre lugar


1 San ASPRENATO, primer obispo de esta ciudad. En Nápoles, al sur de Italia.


2 San EUFRONIO, obispo. Edificó la basílica de san Sinforiano, mártir y adornó con mayor decoro el sepulcro de san Martín de Tours. En Autun, Francia.


3 San MARTÍN. Hacciendo Una vida solitaria permaneció recluido muchos años en una pequeñísima cueva. En el monte Mássico, al sur de Italia.


4 San PEDRO, obispo. En un principio observó disciplina monástica, luego brilló por su pastoral solicitud y terminó con la edificación de la iglesia catedral. En Anagni, en el centro de Italia.


5 El beato AGUSTÍN Kazotic, obispo. De la Orden de Predicadores. Primero presidió la iglesia de Zagreb, luego por la hostilidad del rey de Dalmacia fue trasladado a la sede de Luceria donde tuvo una gran dedicación al cuidado de los pobres y necesitados. En Luceria, al sur de Italia.


6 El beato SALVADOR Ferrandi Seguí, presbítero y mártir. Llegó a la gloria por el martirio durante la persecución religiosa que surgió contra la fe en España. En Alicante, España.


7 Los beatos mártires ALFONSO López López, presbítero y MIGUEL Remón Salvador, Religioso de la Orden de los Frailes Menores Conventuales que fueron coronados en la misma persecución por su testimonio de fe en Cristo. En Samalús, cerca de Barcelona, España.


8 El beato FRANCISCO Bandrés Sánchez, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir que en tiempo de la misma persecución derramó su sangre, confirmando con ella su fidelidad al Señor. En Barcelona, España.



El hagiógrafo Butler en su Vidas de los santos, pp. 255-260, tiene información sobre los siguientes acontecimientos y bienaventurados: La invención de san ESTEBAN ( 415); san PEDRO JULIÁN Eymard, fundador de los Sacerdotes del Santísimo Sacramento (+ 1868), y el beato AGUSTÍN, obispo de Lucera (+ 1323).
Semblanza de santos:

El beato AGUSTÍN, obispo de Lucera.

Agustín Gazotic nació en Trogir, ciudad de la Dalmacia, en los territorios de la recientemente desmembrada Yugoslavia, hacia el año 1260.
Tomó el hábito de los frailes predicadores antes de cumplir los veinte años.

Después de la profesión, fue enviado a estudiar en la Universidad de París. Durante el viaje a la ciudad, estuvo a punto de perecer, ya que al cruzar por el distrito de Pavía, Agustín y su compañero, el hermano Jaime, fueron víctimas de un asalto. Los bandoleros dieron muerte al hermano Jaime y Agustínrecibió heridas de las que tardó varias semanas en reponerse.

El beato predicó con gran fruto a sus compatriotas. También fundó en su patria varios conventos de su orden, a los que dio por lema las palabras de san Agustín: “Desde que estoy al servicio de Dios no he conocido hombres más buenos que los monjes que viven santamente, pero tampoco he conocido hombres más malos que los monjes que no viven como debieran”. Mismas palabras que pueden decir de los que tienen más responsabilidad en las comunidades, también en las nuestras, por eso debe uno empezar por uno mismo.

Anduvo de predicador en varias misiones tanto en su tierra natal como en Italia y una vez en Hungría, donde conoció al Cardenal Nicolás Boccasini que era el legado pontificio en esas tierras y más tardes sería Papa con el nombre de Benedicto XI quien, en 1303, mandó llamar a Agustín y lo consagró obispo de Zagreb, en Croacia.

Su diócesis necesitaba una reforma urgente y a fondo y se dio a esa tarea, cosa, si no fácil, al menos posible, para un obispo que primero toma en serio la disciplina para sí mismo. Asistió al Concilio Ecuménico de Vienne (1311-2312). A su retorno sufrió persecución por el gobernador de Dalmacia, Miladino, contra cuya tiranía y exacciones había protestado.

Se dice que tenía el don de curaciones y que el Papa Benedicto XI se había curado de su artritis reumatoide en sus manos cuando le confirió la ordenación episcopal.

Se cuentan cosas sensatas y alegres acerca de su poder de curación como esta: Estaba tan ocupado en curar gente que lo buscaba sólo para eso que un día plantó un limonero y dijo a las gentes que las hojas de ese árbol poseían más propiedades curativas que sus propias manos. Dios y los cristianos le tomaron la palabra y aún los turcos respetaron el árbol milagroso del beato Agustín cuando invadieron la región.

Después de catorce años de regir su diócesis de Zagreb el beato fue trasladado a la sede de Lucera en la provincia de Benevento, al sur de Italia donde operó de nuevo con su testimonio y palabra una profunda transformación en todo el pueblo. Eran los tiempos de Dante y del traslado del papado a Aviñón y el inicio del cisma de Occidente. La cautividad de Babilonia, como la llamó Lutero.
Su muerte ocurrió el 3 de agosto de 1323. Su culto fue oficialmente confirmado el año de 1702, casi cuatrocientos años después, nueve años antes de que el padre Kino muriera en Magdalena.