lunes, 10 de agosto de 2009

Santoral agosto 11, santa Clara de Asís.

FECHA: AGOSTO 11

Los antiguos romanos llamaban a este día Tertio Idus augústi, lo que quería decir que hay tres fechas para el día que ellos llamaban idus y en este mes caía el 13 de agosto.

Nuestra fuente, el Martirologium Romanum, pág. 422-424 tiene para este día 16 entradas:

Núm. Nombre lugar


1 Memoria de santa CLARA, virgen. Siguió a san Francisco entre las primeras de la Orden de Señoras Menores de los Pobres llevando una áspera vida en Asís, llena de obras de caridad y de piedad; amante sincera de la virtud de la pobreza nunca permitió que se ocultara ni en la extrema indigencia y enfermedad. Asís, Italia


2 San ALEJANDRO Carbonero, obispo. Brillante por su conocimiento de la filosofía cristiana y su apego a la humildad y a la ciencia, adepto a san Gregorio Taumaturgo que lo elevó al ministerio episcopal, no sólo por la predicación sino también por su martirio consumado por el fuego. Costas del Mar Negro


3 San TIBURCIO, mártir. San Dámaso, Papa, cantó su alabanza. En la tercera piedra miliaria por la Vía Labicana, Roma


4 Conmemoración de santa SUSANA, mártir, bajo cuyo nombre celebrado entre los mártires en fiestas antiguas. En el siglo VI se le dedicó una basílica del título de Gayo junto a las Termas de Diocleciano. Roma


5 San RUFINO, obispo y mártir. Primer obispo de esta ciudad. Asís, Italia


6 San CASIANO, obispo. Benevento, sur de Italia


7 San TAURINO, obispo. Se dice que fue el primer obispo de esta ciudad. Evreux, Francia


8 Santa ATRACTA, abadesa. Se dice que recibió el velo de su consagración de manos de san Patricio. Irlanda


9 San EQUICIO, abad. Como escribe de él san Gregorio Magno, Papa, por gracia de su santidad fue padre de muchos monasterios y a dondequiera que llegaba abría la fuente de las Sagradas Escrituras. España


10 San GAUGUERICO, obispo. Notable por su piedad y caridad hacia los pobres. Fue ordenado diácono por Magnerico de Tréveris y, elegido para la sede de Cambrai,
fue su obispo por treinta y nueve años. Cambrai, Francia


11 Santa RUSTÍCOLA, abadesa. Dirigió una comunidad de monjas por casi sesenta años. Arles, Francia


12 Los beatos JUAN Sandis y ESTEBAN Rowsham, presbíteros y GUILLERMO Lampley, sastre, mártires. Sufrieron por Cristo los mismos suplicios bajo la reina Isabel I. Gloucester, Inglaterra.


13 El beato JUAN JORGE (Jacques) Rhem, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir. En tiempos de persecución fue llevado a una inmunda cautividad, inducía la esperanza en los compañeros de prisión hasta que él fue atacado por una enfermedad incurable y murió. Francia.


14 El beato RAFAEL Alonso Gutiérrez, mártir y padre de familia. Derramó su sangre durante la persecución contra la fe. Con él se conmemora también al beato mártir CARLOS Díaz Gandía que también fue muerto en este día en otra aldea cercana. En Agullent, cerca de Valencia, España


15 El beato MIGUEL DOMINGO Cendra, religioso de la Sociedad Salesiana y mártir. Fue muerto en la misma persecución. En Prat de Compte, Tarragona, España.


16 El beato MAURICIO Tornay, presbítero y mártir. Canónigo Regular de la Congregación de los Santos Nicolás y Bernardo de Monte Joviano. Anunció la fe brillantemente en China y el Tibet y fue sacrificado por los enemigos del nombre cristiano. Tibet y China.



Semblanza de santos:

Santa CLARA, nacida en Asís, Umbria, Italia, en 1193 o 1194 y murió en ese mismo lugar el 11 de agosto de 1253.


No estoy de acuerdo con esto, pero así dice la biografía que leo sobre santa Clara. La mujer vale ordinariamente lo que valen las ideas del hombre que ella admira, y su capacidad de sacrificio le permite alcanzar las cimas del heroísmo, cuando se le muestra el camino. Así fue santa Clara quien, mejor que nadie y casi tan bien como él, realizó el ideal de san Francisco de Asís.


La orden de las “damas pobres” o Clarisas fue fundada la noche del domingo de Ramos de 1212 cuando Clara, que había escapado del palacio paterno con su prima Pacífica, se reunió con Francisco en la Porciúncula. Tras haberle cortado los cabellos, las cubrió con un sayal y recibió su profesión religiosa. La naciente comunidad se estableció en San Damián de Asís y de ahí se extendió rápidamente por toda Europa.


Clara gustaba de la música y de los sermones bien construidos. Era humilde, encantadora y caballeresca. Bendecía al Creador por haber hecho tan bello al mundo; por la noche se levantaba para ir a arropar a aquellas de sus hijas que se habían destapado; diariamente, desde mediodía hasta nona, mientras meditaba la Pasión, experimentaba torturas misteriosas que le sacaban lágrimas de sangre de los ojos.


Francisco veló siempre sobre su “plantita espiritual”. Como suprema señal de afecto, le permitió volver a verlo después de su muerte. Tal como él lo había expresado, el cortejo que llevaba su cuerpo a la iglesia se desvió para pasar por San Damián. El ataúd abierto fue introducido en la capilla de las reclusas; Clara bañó con lágrimas los despojos de su padre amadísimo y cubrió de besos los sagrados estigmas.


Cuando ella estaba pronta a morir, se la escuchó murmurar: “Parte en paz, pues el camino que has seguido es el bueno”. Una hermana le preguntó a quién le lablaba: “le hablo a mi alma bendita –respondió-, y aquel que fue su guía no está lejos”. Sin duda Francisco había venido a buscarla. “Señor Dios –dijo todavía-, bendito seas por haberme creado”. Y después entregó al viento su último suspiro.

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