sábado, 15 de agosto de 2009

Santoral agosto 16

FECHA: AGOSTO 16
El calendario romano antiguo llamaba a esta fecha Décimo séptimo Kaléndas septémbris, lo cual quería decir que hay 17 fechas para el primer día de septiembere que entre los romanos antiguos era conocido como calendas de septiembre.

La fuente oficial para nuestro santoral, el Martyrologium Romanun, pág. 433-435, tiene para este día 18 anotaciones y son las siguientes:

Nombre lugar

1 San ESTEBAN, rey de Hungría;



2 San ARSACIO, eremita;


3 San TEODORO, obispo


4 San ARMAGILO, eremita;


5 San FRAMBALDO, monje;


6 El beato RADULFO, presbítero;


7 El beato LORENZO llamado Loricato (con coraza);


8 San ROQUE, humilde laico;


9 El beato ÁNGEL AGUSTÍN Mazzinghi, presbítero carmelita;


10 Santa BEATRIZ da Silva Meneses, virgen;


11 El beato JUAN de santa Martha, presbítero franciscano;


12 Los beatos mártires SIMÓN Bokusai Kiota, catequista y MAGDALENA, esposos; TOMÁS Gengoro y MARÍA, esposos y su hijo SANTIAGO, todavía un niño;


13 El beato JUAN BAUTISTA Ménestrel, presbítero y mártir;


14 Santa ROSA Fan Hui, virgen y mártir;


15 La beata PETRA de San José (Anna Josefa) Pérez Florido, virgen;


16 El beato PLÁCIDO García Gilabert, religioso de la Orden de Frailes Menores (Francisacano);


17 El beato ENRIQUE García Beltrán, diácono Franciscano Capuchino,


18 El beato GABRIEL (José María) Sanchís Mompó, religioso de la Tercera Orden Franciscana de Capuchinos.



Antiguamente se celebraba en este día a san Joaquín, papá de nuestra Señora, la Virgen María.

San ROQUE.

Siempre llamó mi atención una iglesia romana a orillas del Tíber, frente a una plaza, muy cerca del Mausoleo de Augusto, se puede ver desde el lungotévere. Cuando estudiaba las peripecias del Concilio Ecumènico Vaticano I (celebrado en 1870), recuerdo que algunos obispos mexicanos de aquel tiempo fueron a celebrar la misa o a visitar esa iglesia y me llamó la atención. También yo fui a visitarla. Nada, al parecer del otro mundo, sino sólo san Roque.

Es el patrono contra las epidemias y con razón era tan estimado. Roma era un ambiente poco saludable, porque a poca distancia de la desembocadura del río Tíber el ambiente era de pantano, moscos y demás cosas propias de la desembocadura de un río. Había mucho paludismo. La gente enfermaba de lo que ellos llamaban cuartanas. Era el paludismo que provocaba que de por vida o por largos períodos de tiempo se padecieran fiebre cada tercer día o cada cuatro. Todavía no se inventaba la quinina. Por esto quienes visitaban Roma invocaban a san Roque.


San Roque nació en Montpellier, en Francia, ciudad muy famosa por su escuela de medicina. No se sabe con precisión años, sólo que era la primera mitad del siglo XIV.
Hacia LOS veinte años de edad y después de perder a sus padres, Roque salió en peregrinación hacia Roma. No sin antes haber dividido sus bienes en dos partes, distribuyendo una a los pobres y confiando la otra al cuidado de su tío.


Peregrinar era devoción medieval y eligió peregrinar a Roma. Camino largo que e prolongó porque surgió otra dificultad; la peste. Se detenía en donde alguna epidemia diezmaba, cuidando a los enfermos y a menudo curándolos con la señal de la cruz. Él mismo se contagió y quiso refugiarse en un bosque fuera de la ciudad para morir ahí como contagiado, solo, sin atención de ninguna clase.


Tal vez hubiera muerto de no haber sido por un perro, simpático animalito que, además de cordial, fue útil a nuestro santo. Cada mañana llegaba con un pan que robaba en la mesa de su amo. Éste, intrigado por la conducta del animal lo siguió un día y encontró a nuestro biografiado, se h izo su amigo, lo atendió según las instrucciones que recibía y su atención se convirtió en hospedaje después de recuperado.

Cuando se quiere decir que dos personas son inseparables se dice de ellas: “Es san Roque y su perro”.

He encontrado santos que son buenos hasta con los animales como san Francisco de Asís, san Romedio, san Antonio abad y ahora san Roque.

Pasó largos años en la Ciudad Eterna, para después decidir volver a Francia a liquidar el resto de su fortuna. El santo regresó a su tierra y encontró a su ciudad en guerra civil y fue tomado por un insurgente.

Llevado ante la autoridad que era nada menos que aquel tío al que le había encargado una de las dos partes de la herencia paterna, éste no lo reconoció y menos lo reconocieron los demás que no eran tan cercanos de Roque. Lo metieron a la cárcel, ahí fue olvidado y murió al cabo de cinco años. Se dice que fue su abuela quien lo identificó por una mancha en forma de cruz que tenía sobre el pecho desde su nacimiento.


San Roque, ruega por nosotros y por los buenos animales.

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