lunes, 28 de septiembre de 2009

Ilustres, aquí encontrarán el santoral de septiembre 29

Muy buenos días, ilustres amigas y amigos de esta cotidiana colaboración de Favores celestiales, reciban el inicial saludo cargado de buenos deseos y verdaderos y tangibles bienes: Dios bendiga a todos.

• 2009 Año Internacional de la Astronomía.

• Año Internacional de las Fibras Naturales.

EL PRINCIPIO DEL OTOÑO, SERÁ ESTE PRIMER MES. LAS TEMPERATURAS SON BENIGNAS POR LAS MAÑANAS Y LAS NOCHES, FRESCAS, AGRADABLES. A MEDIO DÍA EL CALOR APRIETA Y EL SOL QUEMA, CLIMA ESTIVA.:

HOY ES 29 DE SEPTIEMBRE de 2009 día martes de la XXXIX semana del año y para los que oran con la Liturgia de las horas es bueno recordar que se usa el tomo IV y la segunda semana del salterio. Hoy es martes de la XXVI semana del tiempo ordinario en el año litúrgico.

INTENCIONES DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN PARA EL MES DE SEPTIEMBRE DE 2009:

INTENCIÓN GENERAL:

Para que la Palabra de Dios sea más conocida, aceptada y vivida como fuente de libertad y alegría.

INTENCIÓN MISIONAL:

Para que los cristianos en Laos, Camboya y Myanmar, que con frecuencia encuentran grandes dificultades, no se desanimen de anunciar el Evangelio a sus hermanos, confiando en la fuerza del Espíritu Santo.

Santoral:

FECHA: 29 SEPTIEMBRE. En el calendario Romano antiguo se llamaba a este día Tértio Kaléndas octóbris, lo que quiere decir que hay tres fechas para el primer día de octubre, día al que los antiguos romanos llamaban calendas de octubre.

Nuestra fuente oficial para el santoral, el Martyrologium Romanum, pág. 513-515, tiene par hoy 18 anotaciones:


1 Fiesta de los santos MIGUEL, GABRIEL y RAFAEL, arcángeles. En el día de la dedicación de la basílica de san Miguel, en la vía Salaria, en Roma, edificada desde la antigüedad. Se celebran los tres arcángeles de los cuales se conocen, por la Escritura, sus misiones. Día y noche sirven y glorifican a Dios contemplando su rostro.


2 San EUTIQUIO, obispo y mártir. En Heraclea, Tracia.


3 Santas RIPSIMA, GAYANA y COMPAÑERAS, mártires. Armenia.


4 San FRATERNO, obispo. Francia.


5 San QUIRIACO, anacoreta que llevó una áspera vida de casi 90 años en cavernas. Luchó contra los errores de origenistas, defensor de la verdad de la fe. Palestina.


6 Sepultura de san LIUDVINO, obispo de Tréveris. Fundó un monasterio en esta ciudad y murió en Reims. Renania, región de Alemania del norte.


7 San ADELRICO, presbítero y eremita. Suiza.


8 San MAURICIO, abad de la orden cisterciense. En un principio en el monasterio Langonetense y luego en Chartres, fundados por él mismo en donde murió conocido con signos de su santidad. Bretaña menor, Francia.


9 El beato JUAN de Monte Admirable. Siendo caballero, se hizo humilde monje cisterciense. Francia.


10 El beato CARLOS de Blois. Varón piadoso, suave y humilde que siendo duque de Bretaña, aunque prefería ser miembro de la O. F. M. tuvo que ejercer el principado y en él tomar las armas para exigir los derechos de su pueblo a un adversario injusto y ese ejercicio le costó cárcel y la vida. Bretaña menor, Francia.


11 El beato NICOLÁS de Furca Palena, presbítero de la Orden de Eremitas de San Jerónimo. Fundó el monasterio de S. Onofre en el Gianícolo donde murió ya centenario. Roma.


12 S. JUAN de Dukla, presbítero de la Orden de Menores que llevó vida oculta y ascética ajustada a costumbres de los Observantes y se dedicó a cura pastoral y unidad de los cristianos. Polonia.


13 Muerte de los santos MIGUEL de Aozaraza, GUILLERMO Courtet, VICENTE Shiwozuka, presbíteros de la Orden de Predicadores, LÁZARO de Kyoto y LAURENCIO Ruiz de Manila, padres de familia, mártires. Encarcelados por más de un año por ser cristianos. Crucificados y luego degollados. Su memoria fue celebrada ayer junto a otros compañeros. Nagasaki, Japón.


14 Muerte de san RENÉ Goupil, mártir. Médico y ayudante de san Isaac Jogues. Fue muerto de un golpe de hacha por un nativo. En Ossernenon, Canadá.


15 El beato SANTIAGO Mestre Iborra, presbítero de la Orden de Frailes Menores Capuchinos y mártir durante persecución en guerra civil española contra la fe. Derramó su sangre por Cristo. En Gilet, España.


16 Beatos mártires PABLO Bori Puig, presbítero, y VICENTE Sales Genovés, religioso de la Compañía de Jesús. Llevaron a término una buena lucha, vencieron con su martirio por Cristo. Valencia, España.


17 El beato DARÍO Hernández Morató, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir en la misma persecución. En Picadero de Paterna, España.


18 El beato FRANCISCO de PAULA Castelló y Aleu, mártir en la misma persecución. Con ánimo equilibrado y suma fortaleza no dudó en enfrentar la muerte por Cristo. España.


LECTURA:

Sabiduría 18,1-3: “Una magnífica luz brillaba para tus santos. Los egipcios, que oían su voz sin distinguir su figura, los felicitaban por no haber padecido como ellos; les daban las gracias porque no se vengaban de los agravios recibidos y les pedían perdón por su conducta hostil. Tú, en cambio, preparaste una columna de fuego como guía para el viaje desconocido y como sol inofensivo para la gloriosa travesía”


ORACIÓN:

Te rogamos, Señor, que tus santos intercedan continuamente ante ti por nosotros para que nos perdones y progresemos en el cumplimiento de tu voluntad. Por Cristo nuestro Señor.



Semblanza de santos:

De los santos ARCÁNGELES, algo sabemos. GABRIEL, cuyo nombre significa Poder de Dios. MIGUEL, que en su nombre expresa una interrogación plantea una pregunta: ¿Quién como Dios? y RAFAEL, nombre que genera confianza, seguridad, apertura porque significa DIOS CURA.

Estos tres personajes de los que nos habla la sagrada Escritura porque a la pregunta ¿Quién como Dios? nos responde el Poder salvador del mismo Señor con un personaje que se presenta ante María, la niña de Nazareth, para dar el anuncio más bello, esperado y esperanzador, con el don más valioso: El Mesías, una de cuyas manifestaciones más atrayentes es Dios cura, Dios Cuida, Dios da Salud, Salvación. MIGUEL, GABRIEL y RAFAEL, rueguen por nosotros.

El beato CARLOS de Blois (+ 1364).

Este santo, perteneciente a una de las familias reales de Francia y que tuvo la desgracia de pasar nueve años prisionero en la Torre de Londres, vino al mundo en Blois, el año 1320; su padre era Guy de Chatillon, conde de Blois, y su madre, Margarita, era hermana de Felipe VI, rey de Francia.

Desde su infancia, Carlos demostró que poseía grandes virtudes naturales, un valor a toda prueba y que estaba maravillosamente dotado para destacarse en la alta dignidad donde había nacido. En 1337, se casó con Juana de Bretaña y, por este matrimonio, obtuvo para sí el ducado de Bretaña. Pero aquel título le fue disputado por Juan de Montfort y, como era costumbre en aquellos tiempos, la querella se convirtió en una guerra feudal que se prolongó durante toda la existencia de Carlos. Este hizo todo lo que estuvo de su parte por restablecer la concordia, sobre todo para aliviar la carga de los impuestos de guerra que pesaba sobre sus súbditos, y se afirma que llegó incluso a proponer al de Montfort que se pusiera fin al asunto de una vez por todas, mediante un combate personal a muerte, entre ellos dos. Pero el adversario no aceptó. Tras una de las innumerables batallas, las fuerzas de Carlos de Blois tomaron la ciudad de Nantes, y la primera medida que adoptó el conde al entrar en la plaza conquistada fue la de distribuir abundantes socorros entre los pobres y necesitados; lo mismo hizo en Rennes, en Guingamp y en otras ciudades.

Durante sus campañas, fundó iglesias y casas de religiosos, donde él pudiese orar por su causa y por las almas de los que habían muerto en batallas. Por regla general, se comportaba de tal manera, que el menos devoto de sus soldados comentaba con sus compañeros que el conde estaba destinado más bien a ser monje que guerrero. Descalzo y mal cubierto por un hábito desgarrado, emprendió una peregrinación al santuario de San Ivo, en Tréguier y, cuando puso sitio a la ciudad de Hennebont, dispensaba a los soldados de montar la guardia para que asistieran a la misa. Por esta razón protestó uno de los oficiales. “Señor mío”, le replicó Carlos, “siempre tendremos ciudades y castillos para conquistar. Si nos los arrebatan, Dios nos ayudará a tomarlos de nuevo. También la misa la tenemos con frecuencia, pero nos es imposible dejar de asistir a ella”.

A decir verdad, Carlos era tan buen soldado como era buen cristiano, pero detestaba la guerra. Contaba con el apoyo del rey de Francia, en tanto que su enemigo, Juan de Montfort, tenía la ayuda del rey Eduardo III de Inglaterra, el cual, por razones que él sólo conocía, había anunciado su firme intención de recuperar las propiedades que “por herencia legal” tenía en Francia.

Durante cuatro años, Carlos pudo mantener a raya a sus enemigos, pero en 1346, comenzaron sus repliegues y sus infortunios. A fin de cuentas, Francia fue derrotada por Inglaterra en la batalla de Crecy, la ciudad de Poitiers fue saqueada y medio destruida la de Poitou. Casi inmediatamente después, Carlos de Blois libró una furiosa batalla en La Roche-Derrien, cerca de Tréguier, fue derrotado, capturado y embarcado en una nave con rumbo a Inglaterra.

Desde su arribo fue encerrado en la siniestra Torre de Londres y se pidió una suma fabulosa por su rescate. Como era casi imposible reunir tanto dinero el conde pasó nueve años en la infecta prisión. Como lo hicieron tantos prisioneros en la Torre, antes y después de Carlos de Blois, éste hizo más llevadero su castigo y aun lo santificó, por la paciencia con que lo soportaba y sus constantes oraciones. Su resignación y la tranquila mansedumbre que mostraba en las penalidades, le conquistaron la simpatía y la admiración de los carceleros.

En cuanto obtuvo su libertad, retornó a Francia y continuó en la lucha armada, durante otros nueve años, para defender su ducado de Bretaña, con períodos de mala y de buena fortuna, pero adquiriendo siempre mayor respeto y admiración por parte del pueblo que gobernaba. Hizo otra peregrinación a la iglesia de la Bonne Nouvelle en Rennes y, durante largo tiempo, se creyó que aquel acto de piedad tenía como propósito conmemorar una de las batallas que había ganado, pero se comprobó posteriormente que no había otro motivo para la peregrinación, que la devoción del beato.

El último encuentro armado tuvo lugar en Auray, el 29 de septiembre de 1364. Las fuerzas inglesas estaban al mando de Sir John Chandos. Los franceses, con Bretrand de Guesclin a la cabeza, fueron derrotados. El de Guesclin fue hecho prisionero y, en el curso de la batalla cruenta, Carlos de Blois, el hombre que siempre había deseado ser un fraile franciscano y no un príncipe, quedó muerto en el campo. Sus restos fueron sepultados en Guingamp y n o pasó mucho tiempo sin que circularan insistentemente los rumores de que se realizaban numerosos milagros en su tumba. A pesar de las fuertes protestas de Juan de Montfort, que temía perder el apoyo de Inglaterra, si se llegaba a proclamar santo a su rival, se inició un movimiento a favor de la canonización de Carlos de Blois.

Se afirma que el Papa Gregorio XI llegó a decretar la canonización de Carlos, pero, en el tumulto y la confusión de la partida del Papa de su exilio en Aviñón, en 1376, la bula no fue firmada ni emitida. Sin embargo, el pueblo continuó con su culto al Beato Carlos, y en algunas partes se celebraba una fiesta especial en su honor. Por fin, en el año 1904, el antiguo culto al beato fue confirmado por el Papa san Pío X.

COMENTARIO:

Nos parecerá extraño conocer a un guerrero que sea propuesto como beato, como bienaventurado, que está en la presencia de Dios, que realizó la gracia de Cristo a la perfección en grado heroico en su estado.
También san Luis IX, rey de Francia, anduvo de cruzado. Otros tiempos, otras ideas. Se puede servir a Dios en cualquier profesión honesta.

Luna y astros
La luna sigue creciendo y anoche la vi muy cerca de una estrella. Bello espectáculo. Tal vez hoy se pueda ver más cerca aún una de otra.

Felicitaciones y buenos deseos a quienes tienen por santos patronos a alguno de los bienaventurados de nuestra lista de hoy y llevan su nombre. Hay muchos Migueles, Gabrieles y Rafaeles ¿quién no recordará alguno? Buenos abrazos a todos. También a los que cumplen años como el padre Luis Fernando Sotelo Anaya, párroco de San Juan Bosco, en Hermosillo. Recuerdo por el mismo motivo al padre Miguel Agustín Durazo Arvizu, oriundo de Granados y compañero en el seminario de Guadalajara.
También a los que festejan el aniversario de algún acontecimiento feliz o especialmente significativo como los padres Francisco Javier Álvarez Medina, Francisco Becerra González, Santos Manuel Santoyo David (parcelero) y Octavio Serafín Jacinto Zavala, buen cantor y organista de aquellos tiempos, todos de la Diócesis de Ciudad Obregón, que fueron ordenados en un día de San Miguel, Gabriel y Rafael.

Hay fiestas patronales en Ures, San Miguel de Horcasitas, Masiaca y Bacoachi porque san Miguel es su santo patrono, También en Trincheras por san Rafael, aunque ellos siguen celebrando en la fecha antigua del 24 de octubre.

CONMEMORACIONES
Dice don Gilberto Escobosa en su Efemérides sonorenses, p. 132, que el 29 de septiembre de 1725 “Un numeroso grupo de indios seris llega hasta el Pueblo de Opodepe, asesina a 22 personas y enseguida saquea las casas.

Por causa del despotismo de los militares españoles eran frecuentes las rebeliones de los indígenas, y de éstos los que causaban mayores problemas de las tribus sonorenses eran los seris, que no necesitaban pretextos para perpetrar ataques a poblados de mestizos, como en el caso de Opodepe, yua que el móvil de estos indígenas siempre era la rapiña.

Durante muchos años se recordó con horror la matanza de Opodepe, en virtud de que entre los muertos había niños y mujeres. Esto obligó a las milicias locales a abrir una campaña contra esa etnia. También se reforzaron los presidios cercanos, evitándose de esa manera el éxodo de las familias de la región.” Hasta aquí don Gilberto.

Gracias por la atención puesta en la lectura de estos Favores celestiales hechos especialmente para todos ustedes, ilustres amigas y amigos. Haya paz y bien para todos.

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